30 segundos más y esta mujer y su perro no hubieran sobrevivido

Un coche descapotable (con la capota puesta) se hundía rápidamente cuando varias personas fueron en su ayuda. A la mujer se le oía gritar ‘Oh Dios mío, me estoy ahogando’.

Trataron de romper una ventana, pero vieron que no podían. Es entonces cuando el verdadero héroe de la escena entra en acción. Un hombre salta al agua y pasa esto:

Esta persona que salva a la mujer y a su perro se llama David Phung. Es increíble la calma que mantiene este tipo durante el rescate.

Después de rescatar a la mujer, le ruega a Phung que rescate a su perro. Al principio no lo encuentra. Después de varios segundos, Phung toma aire y se sumerge para coger al perro. Tanto la mujer como el perro resultaron ilesos.

Tanto en cine como en televisión, una escena en la que una persona se está ahogando está muy estereotipada: vemos a la víctima agitarse y aferrarse desesperadamente a los últimos vestigios de la vida. Sin embargo, en la vida real un ahogamiento es muy diferente a los que se ven en la gran pantalla.

Cuando las personas se encuentran en la cúspide del ahogamiento, entran en un estado de conservación llamado Respuesta Instintiva al Ahogamiento (RIA); la persona tiende a entrar en un estado de indiferencia, la cabeza echada hacia atrás, con el nivel del agua en la misma boca. Los ojos pueden estar entrecerrados o totalmente cerrados.

A continuación vamos a ver un claro ejemplo de una persona que está en estado RIA, pero afortunadamente es rescatada por otra persona:

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