Jennifer estaba en sexto grado cuando se le diagnosticó escoliosis idiopática del adolescente. Inicialmente la curvatura de su columna vertebral era de 40 grados y un cirujano ortopédico pediátrico le colocó un aparato para tratar de detener la progresión de la deformación. Por desgracia, el corsé no detuvo dicha deformación y la curvatura empeoró.
La curvatura de la columna de Jennifer llegó a medir 93 grados.

Cuando alcanzó los 20 años, el dolor de espalda de Jennifer empeoró y su curvatura progresó hasta el punto de que su imagen corporal y la confianza en sí misma se vieron afectadas.

A la edad de 22 años, Jennifer comenzó a buscar ayuda. Los cirujanos de columna de adultos parecían intimidados por el tamaño de su curva. Sin embargo, un día se topó con el Dr. Geck, un médico que se centra en la escoliosis.
En su reunión con el Dr. Geck, Jennifer le habló de su dolor y de su curvatura espinal progresiva. El Dr. Geck la examinó y tomó nota de su deformidad rotacional severa. El doctor finalmente le realizó una cirugía correctiva y dos días después, Jennifer ya estaba de pie. Había aumentado de estatura 🙂

Su recuperación incluye un programa de caminatas y fisioterapia.





Un año después de la cirugía, su curvatura era de 22 grados.

Jennifer todavía incorpora ejercicios aprendidos en la terapia física en la vida cotidiana. Volvió a trabajar en dos meses.
En la actualidad, Jennifer está libre de dolor y tiene una vida normal. Algunas de sus actividades favoritas incluyen pasear y disfrutar del tiempo libre con sus amigos y familiares. Fuente, Fotos
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