Un hombre pasaba cerca de un cubo de basura en el centro de Detroit cuando escuchó algo que provenía del interior. Cuando se acercó a comprobar de qué se trataba encontró algo desgarrador.
Entre la basura había un perro en un estado lamentable, a punto de morir. Alrededor de su cuello tenía enganchada una bolsa y casi no podía ni respirar.
El hombre recogió al animal y lo llevó a un centro de recuperación para animales abandonados.


El perro estaba muy malherido y era increíble que aún siguiera con vida. Sin embargo, a partir de ese momento la suerte de ese perro iba a cambiar:
Los veterinarios que le atendieron creen que estuvo en una jaula de reducidas dimensiones durante mucho tiempo.

No podía ni sostenerse en pie.

Los trabajadores de Humane Society le llamaron Edgar.

Tras dos meses de cuidados, Edgar empezó a mejorar ostensiblemente.

Una de las cientas de miles de voluntarias que colaboran con las protectoras de animales repartidas por todo el mundo, acogió a Edgar en su casa.

A día de hoy, Edgar está feliz en su nuevo hogar.

Si tienes pensado comprar un perro, te aconsejo que acudas a una protectora de animales que esté cerca de donde vives. Hay decenas de perros hermosos y cariñosos a la espera de encontrar un hogar donde se les quiera. Te aseguro que esta clase de perros que han sido abandonados son mucho más cariñosos que un perro que no ha pasado por este trance.
No compres, ¡adopta!
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