Lo que vas a ver a continuación es cortesía del Centro Rose Brooks, un centro de ayuda para las mujeres maltratadas. Vas a escuchar el relato de una superviviente que prefiere permanecer en el anonimato.
Un 40 por ciento de las mujeres que se enfrentan a la violencia doméstica declaran que no quieren romper con sus parejas porque tienen miedo de dejar a sus mascotas detrás. Pero esta valiente mujer fue capaz de convertir su pesadilla en una solución para otras mujeres maltratadas.
Un día, ella fue agredida físicamente por su novio. Fue entonces cuando su perro entró en la habitación.
Su gran danés se puso encima de ella y fue brutalmente golpeado con un martillo. Esos golpes estaban destinados a ella. El atacante finalmente cogió el perro y lo llevó a una carretera muy concurrida, esperando que alguien lo atropellase. Mientras tanto, la mujer pudo escapar. Las autoridades la llevaron a refugio para mujeres maltratadas llamado Rose Brooks.
Aunque el perro sufrió varias fracturas de huesos, sobrevivió al ataque. Sin embargo, el Centro Rose Brooks tenía una política de no-mascotas en sus instalaciones. La mujer no iba a dejar a su perro y guardián abandonado, sobre todo después del sacrificio que había hecho por ella.
Después de escuchar la historia de la mujer, el centro hizo algo increíble. El personal decidió romper la prohibición de no tener mascotas, y permitió que la mujer trajese a su perro. En 2012, el Centro Rose Brooks se convirtió en el primer refugio contra la violencia doméstica en permitir mascotas.
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