Islas Cíes y Ons naturaleza intacta en las Rías Baixas

Las Rías Baixas albergan algunos de los rincones naturales más asombrosos de Galicia. Frente a las costas de Pontevedra, se alzan dos archipiélagos que, pese a estar separados por kilómetros de mar, comparten una misma esencia: ser santuarios naturales de enorme valor ecológico, con playas cristalinas, senderos entre bosques y vistas que cortan la respiración.

Las Islas Cíes y la Isla de Ons no solo son parajes protegidos, también son un símbolo de turismo sostenible en Galicia. Estas islas forman parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas y se han ganado, por méritos propios, un lugar entre los destinos más deseados del norte peninsular.

Islas Cíes: un refugio salvaje frente a Vigo

El archipiélago de las Cíes está formado por tres islas principales: Monteagudo, do Faro y San Martiño. Las dos primeras están unidas por una lengua de arena y dunas que da lugar a una de las playas más impresionantes del mundo.

La Playa Rodas, que une Monteagudo y do Faro, ha sido reconocida internacionalmente por su arena blanca y fina y sus aguas de color esmeralda. Su belleza no es casual: se mantiene gracias a la protección del entorno, con un acceso limitado y controlado. La experiencia de recorrer esta playa es única, tanto por su estética como por el silencio que se respira al caminar por sus orillas.

Quienes desean conocer este enclave natural deben comprar billetes Islas Cíes con antelación, especialmente en temporada alta. El acceso diario está restringido para preservar el ecosistema, por lo que la planificación es parte del viaje.

Senderismo y biodiversidad en las Cíes

Más allá de sus playas, las Cíes ofrecen rutas de senderismo señalizadas que permiten explorar el corazón de las islas. Cada camino conduce a miradores naturales con panorámicas abiertas al Atlántico. Uno de los más conocidos es el Alto do Príncipe, desde donde se contempla la inmensidad marina y el perfil rocoso del archipiélago.

En los acantilados y zonas boscosas habitan aves marinas como la gaviota patiamarilla o el cormorán moñudo. La vegetación autóctona, con pinares y brezales, se adapta al clima oceánico y refuerza la sensación de estar en un espacio casi intacto.

Visitar las Islas Cíes no es simplemente ir a la playa: es entrar en un territorio donde la naturaleza impone sus ritmos y límites, y donde cada paso invita a la contemplación.

Isla de Ons: esencia gallega en estado puro

Más al sur, en la entrada de la ría de Pontevedra, la Isla de Ons presenta una identidad distinta pero igual de cautivadora. A diferencia de las Cíes, cuenta con una población permanente y una historia de asentamientos humanos que se remonta siglos atrás.

La Isla de Ons combina playas, acantilados y tradición marinera. Es un lugar en el que aún se pueden ver hórreos, casas de piedra y huertas, y donde se escucha el gallego como lengua habitual entre los pocos habitantes.

La playa de Melide, de arena blanca y aguas claras, es uno de los rincones más fotografiados de la isla. Pero también hay calas recónditas, accesibles tras caminar entre matorrales y senderos de tierra, que ofrecen una experiencia de baño más íntima.

Patrimonio natural y cultural de Ons

Una de las particularidades de la isla es que permite recorrerla a pie por caminos amplios que conectan puntos clave como el faro, los miradores naturales y pequeñas aldeas. El sendero sur, por ejemplo, bordea acantilados donde las olas golpean con fuerza, mientras que el camino norte ofrece vistas a la ría desde lo alto de suaves colinas.

Además de su paisaje, Ons conserva una gastronomía ligada al mar. El pulpo «a la Ons», cocinado en su tinta con patata cocida, es uno de los platos tradicionales que aún se sirven en los restaurantes de la isla, gestionados por familias locales. Este vínculo entre el turismo y la identidad cultural convierte a Ons en una experiencia más auténtica y cercana.

Dos islas, una misma filosofía

Tanto las Islas Cíes como la Isla de Ons forman parte del mismo ecosistema protegido, lo que implica normas comunes: no se permite acampar fuera de las zonas habilitadas, está prohibido encender fuegos y la basura debe volver al continente. Estas medidas, lejos de limitar la visita, garantizan que el entorno permanezca intacto para las generaciones futuras.

El turismo en estas islas responde a una lógica de respeto y sostenibilidad. Los visitantes no solo disfrutan del paisaje, sino que se convierten en parte activa de su conservación. 

Una escapada diferente en Galicia

Para quienes buscan desconectar de la rutina sin renunciar a la belleza natural, estos archipiélagos son un destino privilegiado. Las Cíes sorprenden por su espectacularidad atlántica; Ons enamora por su equilibrio entre naturaleza y vida rural. Ambas invitan a caminar sin prisa, a escuchar el viento y el mar, a redescubrir lo esencial.

Y es que en un tiempo marcado por el ruido y la velocidad, detenerse en un lugar donde la red móvil desaparece, donde los caminos son de tierra y donde el único horizonte es el océano, no solo es una elección de ocio: es una forma de recuperar la calma.

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