The Show Must Go On es una canción que Brian May escribió para Freddie Mercury sabiendo que al cantante solo le quedaban pocos meses de vida debido al sida. Narra de forma metafórica cómo Mercury estaba sucumbiendo a la enfermedad pero que aun así el espectáculo debía continuar.
Bryan May tenía serias dudas de que Freddie pudiera grabar la canción ya que exigía un gran esfuerzo vocal, y así se lo dijo a Freddie. Éste le contestó: «Sí lo haré, querido». A continuación bebió un poco de vodka y entró a matar con su poderosa voz operística. Fuente
Debido a su grave estado de salud, no se grabó ningún videoclip con Mercury cantando la canción. El vídeo oficial es un retazo de las actuaciones de Queen:
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La enfermedad de Freddie Mercury era un tabú en aquellos años y trató de ocultarse hasta sus últimos días. Solo las personas más allegadas al cantante conocían su padecimiento, aunque la prensa ya se hacía eco de los graves problemas de salud de Freddie.
El cantante, sabiendo que se acercaba el final, le dijo a su novio Jim Huttom: «Pronto todo el mundo lo sabrá», y le entregó una carta dirigida a los medios en la que confesaba que tenía sida.
Freddie murió entre terribles dolores pues era alérgico a la morfina, pero aun así se la llegaron a inyectar cuando se rompió un hueso en sus últimas horas tras venir del baño ayudado por su asistente y su novio.
Pocas horas antes de morir, sus mejores amigos fueron a visitarlo, incluido Elton John. Freddie, finalmente moría en brazos del que había sido su novio durante siete años.
Se escribe Freddie, no Freddy.