Siempre nos preocupa el pago de las facturas a fin de mes. Contar con los servicios básicos para vivir dignamente es prioridad de todo ser humano y la electricidad es uno de ellos. No obstante, aplicar estrategias de ahorro en cuanto al consumo de la energía eléctrica no es solo cuestión de economía, sino que también tiene que ver con la conciencia ambiental que todos debemos tener.
Mantener un buen presupuesto familiar es posible al contar con justas tarifas luz. Si a esto le sumamos algunos consejos para ahorrar energía estaremos cumpliendo con nuestro propósito. Por ello, toma nota a continuación sobre el ajuste de potencia, comparar tarifas o evitar el consumo innecesario.
Ajusta la potencia para ahorrar energía eléctrica
El total de la factura que pagas en energía eléctrica se debe a la potencia que has contratado. En tal sentido, es importante tener claro que de cada 1.15 Kw de potencia equivale a unos 50 euros al año. Si sacas cuentas entenderás lo esencial de controlar la potencia a contratar.
Esto tiene que ver con la cantidad de aparatos que conectas a la vez. Por ejemplo, si enciendes la lavadora, un aire acondicionado, el lavavajillas y el horno al mismo tiempo, es posible que salten los plomos, pero si tienes conciencia de que hacer todas estas tareas al mismo tiempo supone contratar una mayor potencia, entonces lo mejor será organizarse y contratar una más baja.
Si por el contrario, esto no sucede y aún así lo has hecho, supone que tienes una potencia más alta de la necesaria. Es momento pues, de revisar el contrato y hacer los ajustes pertinentes.
Elige la discriminación horaria
Una de las mejores formas de ahorrar en energía eléctrica es contratando una tarifa de luz con discriminación horario. Esto consiste en contratar por lo menos el 40% de la luz que consumes en un horario denominado valle. Este va desde las 22 horas hasta las 12m y desde las 23 hasta las 13 en temporada de verano.
Con esta modalidad es posible ahorrar cerca de 80€ al año.
Controla los aparatos o electrodomésticos en stand-by
A esto se le denomina consumo silencioso. Se trata de aquellos aparatos que están apagados, pero a la vez encendidos. Esto puede ser más costoso de lo que imaginas.
Un ejemplo de estos aparatos son: televisores, ordenadores, equipos de música, microondas, etc. Apagar o desconectar este tipo de equipos puede traducirse concretamente en un ahorro del 10% de toda la energía eléctrica que consumes.
Controla el consumo de la calefacción
Controlar la temperatura de la calefacción significa también una optimización del consumo eléctrico. Por ejemplo, la temperatura general del hogar en 19 a 21 grados puede ser bastante razonable, mientras que en la noche estará bien entre 16 y 18 grados.
- Debes saber que cada grado supone un incremento en el consumo de un 5 a 7%.
- Hacerle mantenimiento oportuno a la caldera es sinónimo de ahorro de hasta un 15% al año.
- Los radiadores limpios también se convierten en un aprovechamiento consciente de la energía.